Las Comunidades Cristianas Populares no están muertas. Luís Ángel Aguilar

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Fuente: La terca IUtopía

Pero, ¿qué son hoy: Vestigios de una utopía sin porvenir o esperanza para un cristianismo evangélico que está aún por venir?
Duro el titular, o provocativo si se quiere, pero aunque muchos llevan demonizándonos desde hace tiempo, la realidad es que no seremos un movimiento de masas –que nunca lo fuimos, ni lo pretendimos-, ni entre nuestros defectos puede decirse que esté el proselitismo, pero la realidad es que ahí estamos, que llevamos mas de 40 años en España y que ahí seguimos, y seguiremos mientras haya cristian@s que sigan entendiendo que formar parte de una pequeña comunidad cristiana es una de las mejores formas de vivir su Fe, de intentar seguir a Jesús de Nazaret y de siendo consecuentes con todo ello, tratar de construir el Reino, ese que para much@s de nosotr@s está mas cerca del socialismo del siglo XXI que del mismo Vaticano.

Y no es que estemos agonizantes, ni que seamos cuatro gatos, como constantemente nos tratan de descalificar algunos pasquines digitales y determinados movimientos neocons, sino que al igual que las CEB latinoamericanas hasta vamos a plantearnos un “aggiornamiento” o relanzamiento. O eso es -al menos- lo que hemos planteado algunos miembros en un librillo que este fin de semana presentaremos en el XV Encuentro Estatal de las Comunidades Cristianas Populares que celebraremos en Granada durante todo el puente de los Santos y que lleva por título “Relanzamiento de las CCP. Una Alternativa para vivir la Fe”.

Allí trataremos de seguir construyendo el Reino a partir de un nuevo análisis de la sociedad y de la iglesia para poder pasar desde los nuevos paradigmas sociales y religiosos “de la Indignación al cambio de sistema”, aunque deberíamos decir “sistemas” porque nos referimos tanto al social o socioeconómico, como al eclesial o religioso. Y todo ello iluminados por dos profetas de nuestro tiempo y expertos en sus respectivos campos –uno laico y otro religioso- como son Juan Carlos MONEDERO y José María VIGIL.

Haciendo un poco de historia, tendríamos que recordar que las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) latinoamericanas y las Comunidades Cristianas Populares (CCP) de España significaron, junto con otros movimientos eclesiales (curas obreros, movimientos de la JOC y HOAC, Cristianos por el Socialismo etc.), una revolución en la Iglesia y en la sociedad. Reinventaron de alguna manera la Iglesia y fueron agentes de transformación de las injustas sociedades de su tiempo.

¿Cómo ocurrió eso?
Porque, en los años de la Transición, de la nueva Constitución y del estreno de la Democracia, descubrimos, con ayuda de las CEBS latinoamericanas, la Teología de la Liberación, etc, que nuestra fe no era solo asistir a la Misa, recibir los Sacramentos, orar y rezar el Rosario, asistir a novenas, hacer Ejercicios espirituales o Cursillos de cristiandad etc., etc., sino que debíamos comprometernos con aquellos que luchaban porque el pueblo tuviera las libertades democráticas básicas y unas mejores condiciones de vida. Para ello, nos afiliamos a los sindicatos de clase, a los partidos políticos de izquierdas, incluso marxistas y a las ONGs, porque eran instrumentos aptos para que el pueblo consiguiera tales objetivos. Descubrimos que la fe debe ser liberadora del pueblo marginado, lo que supuso reinventar otra forma de ser Iglesia.

Pero ¿qué ha pasado durante estos 35 años, desde que votamos la Constitución?
1º.- Que la mayoría de estos sindicatos, partidos políticos y ONGs se han vuelto instrumentos romos e inservibles, se han corrompido, en gran medida, delante de nuestros ojos sin que apenas dijéramos nada. Y, al faltarnos los instrumentos de expresión de nuestra fe, ésta ha ido debilitándose, perdiendo empuje y vigor.
2º.- Que nuestro modo de entender la fe, como fe liberadora, comprometida con la implantación de la justicia y liberación de las clases oprimidas, no hemos sabido hacerla atractiva a la juventud. Constatamos que no hay relevo generacional en nuestras Comunidades. Cada vez somos un menor número de ellas, menos miembros y más mayores.

3.- Y, sobre todo, porque nuestras críticas a la Jerarquía eclesiástica apenas le han hecho daño y porque nosotros mismos no hemos creado nuevas formas de vida comunitaria, que fuera atractiva. No debemos haber denunciado suficientemente, la connivencia, la cohabitación y el juego de intereses económicos entre la Jerarquía y el Estado español. Por otra parte, hemos cambiado poco en la práctica de la vieja religión; no hemos salido del teísmo, de la duplicidad de planos natural y sobrenatural. No hemos alumbrado aún esa Iglesia Popular, basada en una práctica creyente de liberación, en una reinterpretación post-religiosa y post-secular de nuestra fe y entendiendo esta nueva forma de ser Iglesia desde abajo, igualitaria, eco-feminista y pluralista.

Entonces ¿Qué son hoy las CCP? ¿Vestigios de una utopía sin porvenir o esperanza para un cristianismo evangélico por venir? ¿Cuál deberá ser la función que deben asumir hoy las CCP en la Iglesia y en la sociedad?

Para descubrir hoy nuestra función, precisamos -con la ayuda del Espíritu- repensar lo que fuimos, lo que somos y los retos que nos lanza la sociedad de hoy. Necesitamos “aggiornarnos” o actualizarnos para tomar nuevos impulsos, para crear nuevas formas de vida comunitaria en nuestra Iglesia y contribuir a crear “otro mundo posible”. Necesitamos un relanzamiento o algo parecido, tal y como también se lo han planteado las CEBs latinoamericanas.

Y ese y no otro es el objetivo que pretende el librillo que allí presentaremos: Relanzar a las CCP como una Alternativa para vivir nuestra fe, como una nueva forma histórica de hacer Iglesia. Un libreto que hemos dividido en 4 puntos:

1) Cuáles son nuestros orígenes: Las primitivas comunidades cristianas; las comunidades eclesiales de base latinoamericanas; las Comunidades Cristianas Populares de España y las Comunidades Cristianas de Base europeas.
2. Cuál es nuestra identidad ¿Qué somos las CCP?
3. Cuál nuestra situación actual en España.
4. Qué retos se nos presentan hoy a las CCP y
5. Completamos el folleto con varios Anexos:

• En primer lugar, presentamos un cuestionario adaptado del folleto de las CEBs latinoamericanas, que puede servir para revisar nuestras comunidades cristianas. Un material que puede ser útil en reuniones, jornadas de reflexión y/o asambleas. De las preguntas señaladas se pueden tomar las que sean de mayor utilidad o modificarlas. Pueden ser objeto también de varias sesiones. El Espíritu que actúa en lo más profundo de cada persona y en la comunidad nos será de ayuda constante para innovar, recrear, romper moldes establecidos, rutinas y ser fieles a la invitación del Evangelio a vivir un estilo de vida que contagie a otros y otras, a semejanza de las primitivas comunidades.

• En segundo lugar, publicamos un documento casi inédito como son las Bases Comunes que sirvieron, en 1974, al nacimiento de las Comunidades Cristianas Populares, por las que cambiaron su denominación de Base por Populares, así como las Bases Comunes de 1980, revisadas en 1993, y hoy vigentes
• En tercer lugar, el documento europeo (F. Becker) que plantea si Las CCP somos ¿Vestigios de una utopía sin porvenir o esperanza para un cristianismo evangélico por venir?

• Y finalmente editamos un elenco de direcciones web y una bibliografía, que serán útiles para ampliar los contenidos presentados.

En definitiva, esperamos contribuir a una nueva y fecunda actualización o relanzamiento de nuestras CCP, de otras CCB o de cualquier Pequeña Comunidad Cristiana que piensen puedan caminar por este gozoso itinerario, y que sea motivo y ocasión –como dicen los hermanos/as latinoamericanos- del advenimiento de un ¿Nuevo Pentecostés? para todas las personas de buena voluntad.

Para saber más se puede visitar la Web estatal de las CCP o solicitarlo en este mismo blog.

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